¿Qué ARGUMENTOS A FAVOR Y EN CONTRA EXISTEN SOBRE LA INCIDENCIA DEL MEJORAMIENTO GENÉTICO EN LA PERDIDA O EL DOSTENIMIENTO DE LA BIODIERSIDAD?
En contra:
Casi veinte años de cultivos transgénicos ¿Qué nos han dado?
Al contrario de lo que prometían las empresas, la realidad
de los cultivos transgénicos, basada en las estadísticas oficiales de Estados
Unidos –el mayor productor de cultivos transgénicos a nivel global– muestran
que éstos han tenido menor productividad por hectárea que las semillas que ya
estaban en el mercado, pero han significado un aumento exponencial en el uso de
agrotóxicos. (Benbrook, 2012; Gurian-Sherman, 2009).
Esto se tradujo además en fuertes impactos negativos tanto
en salud pública[1] como en el medio ambiente en todos los países donde se han
cultivado a gran escala. Los cultivos transgénicos han sido un instrumento
clave para facilitar la mayor concentración corporativa de la historia de la
alimentación y la agricultura.
Seis empresas transnacionales controlan el total de los
transgénicos sembrados comercialmente en el mundo. Las mismas seis son los
mayores fabricantes globales de agroquímicos, lo cual explica que el 85% de los
transgénicos sean cultivos manipulados para resistir grandes dosis de
herbicidas y plaguicidas, ya que este es el rubro que les deja mayores
ganancias. (ETC Group, 2013b).
¿Han servido para aliviar el hambre en el mundo?
No. Además, producto del avance de la industrialización de
la cadena alimentaria a manos de las corporaciones de agronegocios, desde 1996,
año en que se comienzan a sembrar transgénicos, aumentó la cantidad de personas
malnutridas y obesas, fenómeno que ahora es sinónimo de pobreza, no de riqueza.
(FAO, 2012; OMS, 2012).
La siembra de transgénicos aceleró el desplazamiento de
productores chicos y medianos, empobreciéndolos, al tiempo que sustituyeron
gran parte de la mano de obra por maquinaria, aumentando el desempleo rural.
Por ejemplo en Argentina, los transgénicos y sus llamados “pools de siembra”
llevaron a una verdadera “reforma agraria al revés”, eliminado una gran parte
de los establecimientos agrícolas pequeños y medianos. Según los censos de 1988
y 2002 en esos años desaparecieron 87 000 establecimientos, de los cuales 75
293 eran menores de 200 hectáreas, proceso que continúa con la misma tendencia.
(Teubal, 2006). La secuela es que en la actualidad, el 80% de la superficie
cultivada está arrendada por 4 000 fondos de inversión: no se trata de un
modelo para alimentar, es una plataforma agrícola para especular.
Han agravado los problemas para las bases de supervivencia del planeta.
En el mismo período en que se comenzaron a sembrar cultivos
transgénicos, se agudizó seriamente la crisis climática y se agravaron ocho de
los nueve problemas ambientales más graves del planeta definidos por el
Stockholm Resilience Center como los “límites planetarios” que no podemos
transgredir si queremos que La Tierra sobreviva. Siete de ellos: el cambio
climático, la pérdida de biodiversidad, la acidificación de los océanos, la
contaminación y agotamiento del agua dulce, la erosión de suelos, la excesiva
cantidad de fósforo y nitrógeno vertidos a mares y suelos y la contaminación
química, están directamente relacionados con el sistema industrial corporativo
de producción de alimentos, en el cual los transgénicos son su paradigma
central. (Rockström, 2009; ETC Group, 2013a, GRAIN, 2011).
¿Necesitamos cultivos transgénicos?
Una gran diversidad de sistemas alimentarios campesinos y
de pequeña escala son los que actualmente alimentan al 70 % de la población
mundial: 30-50 % de esa cifra lo aportan parcelas agrícolas pequeñas, las
huertas urbanas entre el 15 y el 20 %, la pesca artesanal un 5-10 % y la caza y
recolección silvestre un 10-15 %. (ETC Group, 2013a). Es una producción de
alimentos más saludable, en su gran mayoría libre de agrotóxicos y
transgénicos. Los alimentos del sistema alimentario agroindustrial, por el
contrario, sólo llegan al 30 % de la población, pero usan el 75-80 % de la
tierra arable y el 70 % del agua y combustibles de uso agrícola. (GRAIN, 2014).
De la cosecha a los hogares, el 50 % de los alimentos de la cadena industrial
van a parar a la basura.
Para alimentar al mundo no se necesitan cultivos uniformes,
de alta tecnología y alto riesgo, en sistemas industriales. Se necesita una
diversidad de semillas, en manos de millones de campesinos y productores
pequeños y medianos. El avance de las corporaciones de agronegocios, con
transgénicos y agrotóxicos, amenaza gravemente esta opción, que es la que ya alimenta
a los más pobres y a la mayoría de la humanidad.
A favor:
Si bien el proceso de creación de alimentos transgénicos
puede acarrear varios efectos secundarios, no sólo en la salud de las personas,
sino también en los especímenes utilizados para el procedimiento, hay que
reconocer que aportan ciertos beneficios que han permitido que la investigación
para la mejora de estos productos continúe.
Beneficios de los alimentos transgénicos
Algunos de los beneficios de los alimentos transgénicos,
entre otros, son:
·
Alimentos con mejores y más cantidad de nutrientes.
·
Mejor sabor en los productos creados.
·
Mejor adaptación de las plantas a condiciones
de vida más deplorables.
·
Aumento en la producción de los alimentos con
un sustancial ahorro de recursos.
·
Aceleración en el crecimiento de las plantas y
animales.
·
Mejores características de los alimentos
producidos a la hora de cocinarse.